En la noche del 29 de enero de 2025, un trágico accidente aéreo sacudió el cielo de Washington D.C. cuando un helicóptero UH-60 Black Hawk del Ejército de los Estados Unidos chocó en medio del aire con un avión regional Bombardier CRJ700 de PSA Airlines, operando como vuelo 5342 de American Airlines. Este incidente, que resultó en la muerte de 67 personas, ha generado una profunda investigación por parte de la National Transportation Safety Board (NTSB) y la Federal Aviation Administration (FAA), y tiene implicaciones significativas para la seguridad aérea global, incluyendo a México.
Introducción
La colisión aérea sobre el río Potomac es una de las más graves en la historia reciente de la aviación estadounidense, y su impacto se siente más allá de las fronteras de Estados Unidos. Para los aviadores y entusiastas de la aviación en México, entender los detalles y las implicaciones de este accidente es crucial, ya que refleja los desafíos y riesgos asociados con el tráfico aéreo congestionado y la complejidad de las operaciones aéreas.
Desarrollo del Tema
La investigación, liderada por la NTSB, ha avanzado significativamente desde el accidente. Los esfuerzos de recuperación de los restos de los aviones han sido intensivos, con la participación de la U.S. Navy Supervisor of Salvage and Diving, y han logrado recuperar importantes piezas del avión y del helicóptero, incluyendo el ala derecha, secciones de la fuselaje, la cabina de mando y sistemas de vuelo críticos.
Un aspecto crítico de la investigación es la determinación de la altitud exacta del helicóptero Black Hawk en el momento de la colisión. Los datos del Potomac TRACON (Terminal Radar Approach Control) indican que el helicóptero estaba a 300 pies de altitud, mientras que los datos del radar del aeropuerto lo situaban a 200 pies. Por otro lado, el registrador de datos de vuelo del avión comercial reportó una altitud de 325 pies para el avión.
La FAA ha suspendido indefinidamente el uso de la mayoría de las rutas designadas para helicópteros sobre el río Potomac, y está revisando las operaciones en otros aeropuertos con alto tráfico mixto de helicópteros y aviones.
Tengamos en Cuenta
El espacio aéreo alrededor del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan es particularmente congestionado, con operaciones militares y civiles que coexisten en un entorno complejo. Los expertos han destacado que, a pesar de la congestión, el tráfico aéreo en esta zona ha sido generalmente seguro durante décadas, pero incidentes como este resaltan la necesidad de revisar y mejorar las protocolos de seguridad y el espaciado entre aeronaves.
La investigación también aborda aspectos como el uso de gafas de visión nocturna por parte de la tripulación del helicóptero y la evaluación de los niveles de personal, capacitación y contratación de controladores aéreos, dada la histórica escasez de controladores aéreos en la FAA.
Conclusión
La colisión aérea sobre Washington D.C. es un recordatorio sombrío de los riesgos inherentes a la aviación, incluso en los espacios aéreos más controlados. La recuperación de los restos y el análisis detallado de los datos de vuelo y las grabaciones de voz de la cabina serán clave para entender las causas del accidente y para implementar medidas correctivas.
Para la aviación en México, este incidente subraya la importancia de la vigilancia constante y la mejora continua de los protocolos de seguridad. A medida que el tráfico aéreo continúa creciendo, es esencial que las autoridades aeronáuticas mexicanas y las aerolíneas mantengan un enfoque riguroso en la seguridad, aprendiendo de incidentes como este para prevenir tragedias.
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