En un giro reciente que ha generado significativa inquietud en el sector aeronáutico, las uniones aeronáuticas de los Estados Unidos han expresado profundas preocupaciones respecto a los aranceles anunciados por el presidente Donald Trump contra Canadá y México. Estos aranceles, inicialmente programados para entrar en vigor el 1 de febrero de 2025, pero posteriormente pausados por un mes, tienen el potencial de disruptar significativamente la cadena de suministro global de la aviación, un sector crucial para la economía de ambos países, incluyendo México.
La noticia es particularmente relevante para el sector aeronáutico mexicano, dado que México es un importante proveedor de componentes y subensamblajes para la industria aeronáutica global. La interconexión entre las economías de México, Canadá y los Estados Unidos, especialmente en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), hace que esta situación sea de gran interés para los aviadores y entusiastas de la aviación en México.
El anuncio de Trump de implementar aranceles del 25% sobre las importaciones de Canadá y México fue justificado como una medida para abordar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, incluido el fentanilo. Sin embargo, las uniones aeronáuticas estadounidenses, como la National Business Aviation Association (NBAA) y el International Association of Machinists and Aerospace Workers (IAM), han señalado que estas medidas podrían tener consecuencias devastadoras para la industria.
La NBAA destacó que la aviación empresarial es un “motor poderoso” de la economía estadounidense, apoyando más de un millón de empleos y contribuyendo con casi $250 mil millones en desarrollo económico. La compleja y altamente regulada cadena de suministro global de la aviación, que depende de acuerdos bilaterales para cumplir con estrictos estándares de seguridad, es particularmente vulnerable a estas perturbaciones. Según la NBAA, “las interrupciones en este sistema tienen consecuencias profundas, y las soluciones alternativas que cumplen con los exigentes requisitos regulatorios pueden tomar meses o años para establecerse.”
El IAM también expresó su alivio por la pausa temporal de los aranceles, pero subrayó las preocupaciones a largo plazo. Brian Bryant, presidente internacional del IAM, mencionó que décadas de malas políticas comerciales han llevado a la outsourcing de empleos bien remunerados y altamente especializados a países con pocos derechos laborales, afectando negativamente a los trabajadores y la seguridad nacional.
La industria aeronáutica no es la única afectada por estos aranceles; el sector manufacturero en general, y particularmente la industria automotriz, también enfrentan significativos desafíos. En México, la industria automotriz es uno de los componentes más grandes del comercio bajo el T-MEC, con exportaciones automotrices a los Estados Unidos que alcanzaron $166,300 millones en 2024. Cualquier barrera comercial podría generar costos adicionales de hasta $110 millones diarios, lo que representaría un impacto anual de hasta $40,000 millones.
Además, la complejidad de la cadena de suministro global en la aviación hace que sea particularmente sensible a las perturbaciones. Canadá, por ejemplo, es hogar de importantes fabricantes de aeronaves como Bombardier y De Havilland Canada, y también produce numerosas partes y motores para los fabricantes de equipo original (OEMs). México también juega un papel crucial al producir partes y subensamblajes para nuevas aeronaves.
La decisión de Trump de pausar temporalmente los aranceles ha brindado un respiro momentáneo a la industria aeronáutica, pero las preocupaciones a largo plazo persisten. La interrupción de la cadena de suministro global podría tener repercusiones significativas, asegurando que la industria mantenga su esencia en un entorno cada vez más complicado.
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