En una noche que prometía ser rutinaria, el cielo sobre el Aeropuerto Internacional de Gimhae, en Busan, se vio interrumpido por un suceso inesperado. Era el 28 de enero de 2025, y un Airbus A321-200 de Air Busan se encontraba a punto de iniciar su viaje hacia Hong Kong. Sin embargo, apenas unos momentos antes de despegar, un incendio estalló en la cola de la aeronave.

La alarma sonó, y en un abrir y cerrar de ojos, la cabina se transformó en un escenario de caos controlado. Los 169 pasajeros y 7 tripulantes a bordo se encontraban en una situación crítica. A pesar del pánico, la profesionalidad del equipo de vuelo y el sistema de seguridad del avión hicieron la diferencia. En cuestión de minutos, las puertas de emergencia se abrieron y los toboganes se desplegaron, permitiendo que todos los ocupantes evacuaran de manera segura.

A las 22:26 horas locales, la humanidad prevaleció ante el terror. Todos, sin víctimas fatales, aunque cuatro personas sufrieron heridas leves durante la frenética evacuación. La dirección de la aerolínea y el personal de emergencia trabajaron incansablemente para asegurar que cada uno de ellos recibiera la atención necesaria.

Las autoridades surcoreanas informaron que el fuego fue controlado y extinguido en aproximadamente una hora. Sin embargo, la causa del incendio todavía permanece como un enigma, motivo suficiente para abrir una investigación exhaustiva.

Este tipo de incidentes nos recuerda la fragilidad de la seguridad aérea. Apenas un mes antes, el 29 de diciembre de 2024, el mundo se conmovió por la tragedia del desastre aéreo de un Boeing 737-800 de Jeju Air, que se estrelló al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Muan, resultando en la muerte de 179 personas. Las lecciones de la historia deben ser tomadas en cuenta con la máxima seriedad.

Tengamos en cuenta:

El incendio en el Airbus A321 de Air Busan en el Aeropuerto Internacional de Gimhae es un claro recordatorio de que la seguridad aérea no debe ser un tema de segundo plano. La necesidad de una investigación rigurosa es imperativa para determinar las causas detrás del incendio y para establecer protocolos que garanticen la seguridad de los pasajeros en el futuro.